Reflexiones en torno a la Segunda Nota Marginal Crítica de "La Sagrada Familia"
En el actual contexto donde la clase trabajadora se encuentra fragmentada, como editorial no nos perdemos: no se trata de detenerse en la voluntad de sus distintos segmentos, ni de desmoralizarse al ver que, según encuestas y opiniones, se plantean reacios a la revolución social. Tampoco es cuestión de seguir ciegamente las opiniones de las masas para instrumentalizar su apoyo y actuar según la realpolitik. Lo esencial es comprender que esa voluntad, aunque diversa en su manifestación, está históricamente determinada. Aun cuando hoy se oponga a la transformación, el proletariado —aunque su composición haya cambiado— sigue siendo el único sujeto social con la potencialidad de superar el capitalismo. Por lo tanto, la tarea es avanzar en el reconocimiento de la sustancia común que unifica a los diferentes segmentos de la clase trabajadora, y avanzar en la reconstrucción de su programa político y partido.
Reconocer la determinación de la clase trabajadora como sujeto revolucionario no es un ejercicio de interpretación, sino que exige superar las formas aparenciales de la realidad mediante el método dialéctico desarrollado por Marx. La 11ª tesis sobre Feuerbach no se limita a una oposición simplista entre teoría y práctica —como si el problema fuera solo que los filósofos interpretan pero no actúan—, sino que denuncia los límites de la interpretación cuando esta no trasciende la superficie de los fenómenos sociales y, por tanto, es incapaz de transformar la sociedad. Para transformar la realidad, es necesario trascender hasta el contenido real y material de las formas sociales, entendiendo cómo las determinaciones materiales despliegan su potencialidad realizándose en múltiples formas sociales. Para ello, el único método científico es el legado por Marx.
29-03-25
