La importancia de la formación de los cuadros y sus dimensiones. Guía para la autoinstrucción [1/3]
I. Conocimiento científico y acción política
El ser humano se distingue de los demás seres por su óntica capacidad de trabajar la naturaleza para sí con un propósito consciente. Esta capacidad de organización de la acción es lo que define a su subjetividad como una subjetividad productiva.
Puesto que la humanidad está determinada por su capacidad de trabajar la naturaleza para sobrevivir en ella, su desarrollo social está mediado por el aumento de esa potencialidad, que se ve históricamente con el progreso en la magnitud y en la complejidad del trabajo (fuerzas y medios de producción) y del consumo de las sociedades humanas. Este progreso puja y determina al conocimiento a avanzar a la par. El conocimiento no es una materia separada de la realidad social, es una expresión necesaria de la relación social dominante.
Así como la subjetividad productiva del siervo medieval internaliza la estructura feudal del trabajo, el obrero moderno porta en su conciencia los atributos que lo determinan dentro de la organización capitalista. Demostrando que esta conciencia no es un reflejo pasivo, sino el medio en el que el individuo regula su acción en un sistema social.
El desarrollo de las fuerzas sociales de producción conlleva necesariamente el desarrollo del conocimiento científico. En las sociedades humanas más primitivas, los primeros progresos se dieron a través de una comprensión empírica y apropiación directa de la naturaleza. Con el fluir de la historia, la expansión de la producción y consumo sociales exigieron que estos se consolidaran en ciencias naturales y “duras”. A su vez, las complejidades materiales del crecimiento social, volvieron necesario el nacimiento de las ciencias sociales como una forma indirecta de optimizar la apropiación de la naturaleza, al mejorar la administración, la coordinación y organización de las sociedades humanas.
En el capitalismo las ciencias sociales enfrentan una contradicción fundamental: por un lado, avanzan en el conocimiento de las formas sociales de existencia; por otro, frenan ese desarrollo de reconocimiento del contenido, sustituyéndolo por una representación lógica de la realidad. Así, la ciencia social burguesa, condicionada por las determinaciones de su tiempo, se estanca en la descripción y registro de los fenómenos sociales. En el fondo, aunque actúa como motor del trabajo socializado, al mismo tiempo lo limita, reforzando la fragmentación propia del trabajo privado.
Por el contrario, el método dialéctico desarrollado por Marx avanza desde las formas sociales hasta las formas materiales de existencia, y luego, con conocimiento de causa, reconstruye ‘de lo abstracto a lo concreto’ la existencia del contenido real realizándose en las formas sociales. Permitiendo comprender, no sólo la realidad presente, sino también las potencialidades históricas presentes en su interior.
– ¿Por qué es importante esto para la acción política de la clase trabajadora? ¿Por qué lo sería siquiera para los militantes?
Porque son los supuestos de partida desde los que analizaremos ahora la relación entre el conocimiento científico, la formación y la acción.
Lo que entendemos como “teoría”, no consiste en situarse fuera de la sociedad en busca de una verdad externa a la que sólo puede acceder una élite ilustre de marxistas, sino en el reconocimiento de la subjetividad política obrera como regulada por el capital, mediante la enajenación del trabajo social y la alienación derivada de ella.
Cuando la clase obrera produce su propia conciencia científica y descubre las determinaciones que se le imponen en la sociedad capitalista, así como su propia posición en ella -enajenada en el capital-, esta se torna capaz de organizar su propia acción política hacia la superación de la relación social general que es el capital. La famosa frase de Marx de que "el capital engendra sus propios sepultureros", nace a propósito de que es la misma producción capitalista la que produce al sujeto “trabajador”, pero se cumple en la medida en que la clase obrera desarrolla la capacidad de centralizar la producción y abolir la propiedad privada del capital.
Toda determinación tiene potencialidades a realizar, y para transformar la sociedad, es necesario no solo comprender la necesidad de esta potencialidad, sino también reconocer cómo la realidad actual es producto de una necesidad ya realizada en diferentes formas sociales de existencia. Conocer estas potencias no es otra cosa que organizar la acción revolucionaria que las haga efectivas. Solo así, el conocimiento científico se convierte en un instrumento real de transformación, en una forma consciente de organización del trabajo y la producción, y en la clave para la superación revolucionaria del capitalismo.
Es por esto que a las colectividades e individualidades militantes se nos presenta la tarea de producir nuestra propia conciencia científica en el conocimiento más avanzado que ha desarrollado la clase trabajadora: el método dialéctico de Marx. Tenemos que instruirnos para descubrir las potencias históricas de la sociedad que queremos transformar, reconocer las determinaciones de la clase obrera en tanto sujeto revolucionario, y volvernos cuadros capaces de portar y pulir los medios técnicos y organizativos más adelantados para cumplir con la tarea de encabezar ese proceso revolucionario.
Si las colectividades e individualidades militantes de la clase trabajadora no somos capaces de autoproducirnos estos atributos, nuestro avance, será vaciado de todo contenido revolucionario, siendo instrumentalizado y utilizado para la reproducción del capital, sin lograr llegar más allá de las reivindicaciones inmediatas.
- Pero, ¿no sería más fácil delegar esta tarea formativa a los cuadros más preparados?
No, pues la formación no es una tarea delegable, sino un deber individual para cualquier militante consecuente, entendiendo también la nutritiva retroalimentación que existe entre lo individual y lo colectivo.
Sólo cuando la generalidad de integrantes de una colectividad militante adquieren niveles de especialización homogéneos, pueden desplegar al máximo su capacidad política de hacerle frente a las diferentes coyunturas de la lucha de clases.
- ¿Por qué una formación homogénea desarrolla la capacidad política de una organización?
Principalmente por tres razones:
1) Si todos los militantes tienen un nivel similar de formación, cada uno tiene la capacidad de reemplazar inmediatamente a otro de mayor cargo;
2) Al no existir integrantes imprescindibles, se fortalece la democracia interna de la organización y se limita la burocratización orgánica, ya que el conocimiento y las habilidades no se concentran en unos pocos, evitando así, la centralización de la capacidad de decisión;
3) Se fortalece la capacidad colectiva de análisis y respuesta ante situaciones previsibles e imprevisibles, fortaleciendo la flexibilidad y la eficiencia de la organización.
II. La producción de atributos en la formación de cuadros
Las condiciones de la lucha de clases exigen a la clase obrera, capacitarse para poder organizar su acción, y eventualmente, llevarla a cabo. Por consiguiente, el campo de la formación del cuadro no se restringe a la producción de atributos teóricos y políticos, sino que se extiende al campo técnico, organizativo y moral, es decir, al desarrollo personal y social en todo su esplendor.
Antes, esta formación de atributos propios del cuadro se realizaba al interior de los partidos obreros. Pero hoy el panorama es distinto: los partidos de masas se han desmoronado, entregándose a un colaboracionismo de clase insalvable. La ausencia de democracia interna y la restricción de las discusiones programáticas desvían el foco de atención, llegando incluso a convertir la formación de cuadros en algo indeseable.
En este contexto, las organizaciones de la clase trabajadora no se encargan de producir sistemáticamente a cuadros políticos, ni mucho menos funcionan como “escuela viva”, para la formación y la acción política del proletariado. Lo que hoy existe, son charlas y jornadas aisladas entre sí, realizadas de forma intermitente, y destinadas a la socialización de elementos muy básicos exclusivamente teóricos y políticos, dejando de lado una posible formación integral.
Ahora intentaremos profundizar en los aspectos que pensamos, podrían ser parte de una formación integral de cuadros.
a) La formación teórica
La formación teórica del cuadro, no puede partir de otra parte sino desde su núcleo, el conocimiento, apropiación y comprensión de los aspectos generales del marxismo y del pensamiento dialéctico, para su aplicación creadora al momento del análisis y de la solución de situaciones y problemas. Las materias más importantes de instrucción en este aspecto podrían ser las siguientes:
• Filosofía materialista
• Crítica de la Economía Política
• Método dialéctico de conocimiento
• Historia del movimiento obrero mundial y local
• Historia del capital como relación social mundial
• Forma nacional históricamente específica de la acumulación de capital en Chile
• Programa político del proletariado
• Partido del proletariado como instrumento
b) La formación política
La formación política es la que remite a la capacidad de organización de la acción y la toma de decisiones, en razón del bagaje teórico, y la realidad objetiva de la lucha de clases, buscando conseguir los resultados más favorables para la organización en todo momento y nivel. Las materias específicas de este apartado dependerán de las líneas de cada organización, y pueden considerarse:
• Planificación política
• Análisis coyuntural y ajuste de líneas de acción
• Estrategia y táctica en la lucha de clases
• Construcción del programa político
• Reconstitución del partido del proletariado
c) La formación organizativa
La formación organizativa consiste en desarrollar las capacidades necesarias para estructurar y movilizar a la organización efectivamente. Es la base para la coordinación y crecimiento eficiente de cualquier organización política. Sus tópicos más importantes serían:
• Conducción de los organismos de masas: (sindicatos, federaciones, centros de estudiantes, etc.)
• Métodos organizativos en la colectividad política
• Reconstitución del partido en el movimiento obrero
• Formación de nuevos cuadros políticos
d) La formación técnica
La formación técnica del cuadro se refiere a la capacitación necesaria para utilizar diversos medios y herramientas con el fin de avanzar en las tareas de su organización. Unos cuantos temas podrían ser:
• Técnicas administrativas de las finanzas
• Técnicas de protección y seguridad dentro de la organización
• Técnicas de protección y seguridad en las manifestaciones
• Técnicas de agitación y propaganda
• Técnicas de posicionamiento en rr.ss.
• Técnicas de dirección de grupos
• Técnicas de trabajo de masas
e) La formación moral
La formación moral es la instrucción en una serie de valores y actitudes que rigen la práctica individual del cuadro, asegurando su compromiso y coherencia para afrontar las tareas de la colectividad política. Los objetivos de esta podrían ser:
• Cultivación de la disciplina consciente y del compromiso político
• Cultivación de la perseverancia y firmeza política
• Cultivación de la fraternidad y respeto hacia las masas y los compañeros
• Cultivación del sentido de iniciativa
• Capacidad de postergar temporalmente los deseos personales en función de las necesidades de la colectividad
• Capacidad autocrítica y reflexiva
